
“…en ese tiempo (años-50) cogía una paja haciendo aguja, así acababa shigrando…, cada minuto quebrando la paja pasaba…., sigue cogiendo paja, sigue cogiendo paja…. sigue haciendo aguja… así acabé hasta los mayores acabando de cavar papas,”
“chuzitas de lana de mis borreguitos hicimos, para tonguita andando cargando…”
“después, ya había habido esos crochai, mi finada mamá habrá traido ese, ¿de dónde tan traería?, con todo hilo había traido crochai… chiquitos ovillitos, no como ahora que hay de dos hilos;”
“de los dibujos solo ´kirishuyo´ he hecho…: cada dos vueltas otro color, cada dos vueltas otro color, ponía… En esos tiempo no había revista… ¡Nada!, ahora es más fácil hacer dibujos, pero ¡no aventé!, de la cabuya sí hago, cualquier dibujo hago…”
“En esos tiempos, mi papá, mi mamá-finaditos me hablaban, y hacían que hable tan a mis hijas ahora… que ¡tiene que shigrar, tiene que hilar! para que cojan plata decían… ¡hagan shigra, así abrazada la shigra a Mama Loma vayan….!”
“ Con lana de llamita sabíamos hacer las carteritas, sabían decir que es para mal-aire… por eso avisaba mi finadito papá: ¡esos tejan, carguen en el pescuezo, amarren en la faja, hagan cordones! Con aguja misma haciendo esas carteras… sabiendo jalar llamita, sabíamos tejer esos andando hilando… haciendo mochilas, todo hacíamos para cargar cualquier cosa…” (Timotea Yanchaliquín)


Las artesanas de Simiatug iniciaron a shigrear con lo que tenían: lana de borrego o lana de llamitas y agujas de paja o ramitas. En los años-60 conocieron en la Feria de Moraspungo los hilos de algodón de varios colores traídos del Perú, y el crochet.


La transición a la cabuya (Agave americana) se dio a través de la Cabuya-´Pasos´, proveniente de la Agave-Lechuguilla que crece silvestremente en el territorio-Simiatug, las Artesanas haciendo todo el proceso de selección de las hojas / despeine / desfibrado / fermentación y secado de la fibra a mano en sus casas.
La elaboración de estas shigritas sedosas, finísimas, era muy largo y tenían un valor cultural-espiritual como regalo de Bodas a la novia, símbolo de útero-fecundidad y vida feliz.


Proveniente de Imbabura, a través de comerciantes llegó la cabuya en los años-80 a la Feria de Simiatug, todavía mal-tintureada, volviendo a blanquear rápidamente el color, y quebradiza.


HISTORIAS
“Yo soy Carmen Isolina Aguagallo Aguilar…en San Francisco vivo yo, tengo siete mujercitas y un varón, ocho. Yo crié pasando en el campo, siembro granitos, regando cebada, trigo, sembrando maíz, habas, ocas, papas, chochos, unos borreguitos, dos vaquitas haciendo quesos para vender y comprar sal, cebolla… Yo crié tempranito sin mamita, desde los 11 años más o menos, me quedé con un hermanito y una hermanita pequeñitos cuando murió mi mamita y desapareció mi papá. Yo me casé a los 22 años, siguiendo criando a mis hermanitos y extrañando a mi papá.
Yo sé de las shigras y del hilar la lana de borrego… en esos tiempos, todo se lo hacía para la casa de una y para los vestidos, no se vendía, no había nada-nada dónde vender. Mis hijas ya grandes, ahí hubo, por eso enseñándoles a mis hijas…, poco tiempo desde que hay cómo vender, antes no había ni cabuya tintureada, sabíamos hacer shigras sólo blancas con el ´shuyito´, lo de´ pasos´ tallando y golpeando nosotras mismas, teníamos unas pocas matas para trabajo de nosotras mismas.”

LIDA LUCINTUÑA AGUAGALLO
NARSIZA LUCINTUÑA AGUAGALLO
LUCILDA LUCINTUÑA AGUAGALLO
CATÁLOGO ´artSIMIATUG LLAKTA´, PVPs, 2024: https://issuu.com/home/docs/wl2zng5sa0e